Para entender el Zen aplicado a la decoración es indispensable conocer previamente las bases del Zen como estilo de vida o disciplina espiritual.
El Zen es una escuela del Budismo Mahāyāna. La palabra Zen es la pronunciación en japonés de la palabra china Chán (禪), que a su vez deriva de la palabra sánscrita Dhyana,
que significa aproximadamente meditación o estado meditativo. Cabe
destacar que el maestro japonés Daisetsu Teitaro Suzuki iguala el dhyana con el zazen (en chino 坐禅 zuòchán, Chán sentado, o meditación con asiento).
Apartándose
del conocimiento teórico o intelectual, el Zen busca la experiencia de
la sabiduría más allá del discurso racional. Las enseñanzas de Zen
incluyen varias fuentes del pensamiento Mahāyāna, incluyendo la
literatura Prajñāpāramitā como el Prajñāpāramitā Sūtra y las enseñanzas
de Yogacara y la escuela Tathagatagarbha.
El Zen emergió desde distintas escuelas de Budismo y fue registrado primero en China
en el siglo VII, luego se dispersó hacia el sur a Vietnam y al este a
Corea y Japón. Tradicionalmente se da el crédito de traer el Zen a China
a un príncipe convertido en monje proveniente de India del Sur de la
Dinastía Pallava conocido como Bodhidharma, que vino a China para
enseñar la "transmisión especial fuera de las escrituras, no encontrada
en palabra o letras".
Las características del estilo Zen
El Zen,
a través de la simplicidad, busca alcanzar la armonía y la tranquilidad
necesarias que requieren estos tiempos modernos. Occidente encuentra
paz en su filosofía adptándola al diseño de interiores y jardines, con
una serie de recursos mínimos, espacios ordenados, colores claros y
líneas simples.
El Zen
busca alejarse de la ornamentación excesiva y el "barroquismo". El
equilibrio que logra está dado por pocos objetos, materiales naturales y
presencia de aromas, algo propio del estilo Zen.
El
encuentro con el Zen nos lleva a lograr espacios de paz y armonía que
nos permitan dejar afuera "el barullo" del mundo contemporáneo. Asociado
a su filosofía original, la decoración Zen busca la reflexión y el
descanso del mundo exterior.
Colores
Los colores utilizados en la decoración o estilo Zen son principalmente el blanco y toda la gama de colores neutros: ocres, grises y beiges. El color sólo puede estar dado por algún objeto decorativo, como una pincelada de verde o rojo en algún elementos o detalle puntual.
Los colores utilizados en la decoración o estilo Zen son principalmente el blanco y toda la gama de colores neutros: ocres, grises y beiges. El color sólo puede estar dado por algún objeto decorativo, como una pincelada de verde o rojo en algún elementos o detalle puntual.
Materiales
Los materiales más utilizados en el Zen son aquellos en estado natural o poco industrializados: madera natural, piedra, etc. En baños y cocinas se prefiere la piedra antes que la cerámica. Los pisos de madera clara, por ej. en haya, se prefieren a los pisos oscuros, por ej. en wengue.
Los materiales más utilizados en el Zen son aquellos en estado natural o poco industrializados: madera natural, piedra, etc. En baños y cocinas se prefiere la piedra antes que la cerámica. Los pisos de madera clara, por ej. en haya, se prefieren a los pisos oscuros, por ej. en wengue.
Muebles
Los muebles dentro del estilo Zen deben seguir la máxima simplicidad en sus líneas. Muebles bajos, de líneas rectas que invitan al orden y, en su mayoría, conservan el color de la madera natural. Se deben evitar muebles con curvas y barroquismos que no combinen de forma natural con el sentido de simplicidad del Zen.
Los muebles dentro del estilo Zen deben seguir la máxima simplicidad en sus líneas. Muebles bajos, de líneas rectas que invitan al orden y, en su mayoría, conservan el color de la madera natural. Se deben evitar muebles con curvas y barroquismos que no combinen de forma natural con el sentido de simplicidad del Zen.
Las
maderas de colores claros van muy bien con el estilo Zen, aunque se
puede utilizar una madera oscura si todos los demás elementos
decorativos son claros.
Iluminación
La luz siempre debe ser sutil, indirecta, con artefactos escondidos, logrando un ambiente suave y sensual, propicios para la meditación y el descanso. Por su gran importancia en el diseño de interiores, la iluminación es un factor clave en la ambientación de espacios Zen.
La luz siempre debe ser sutil, indirecta, con artefactos escondidos, logrando un ambiente suave y sensual, propicios para la meditación y el descanso. Por su gran importancia en el diseño de interiores, la iluminación es un factor clave en la ambientación de espacios Zen.
Objetos
La elección de objetos decorativos debe ser cuidada y austera. Entre los pocos adornos que permiten estos espacios podemos destacar los objetos de cristal o madera, aunque sobre un mueble de madera un jarrón de cristal sea lo más adecuado. Las paredes pueden estar desnudas, aunque permite colocar algún cuadro cuidando que el tipo de marco y la lámina combinen con la decoración general.
La elección de objetos decorativos debe ser cuidada y austera. Entre los pocos adornos que permiten estos espacios podemos destacar los objetos de cristal o madera, aunque sobre un mueble de madera un jarrón de cristal sea lo más adecuado. Las paredes pueden estar desnudas, aunque permite colocar algún cuadro cuidando que el tipo de marco y la lámina combinen con la decoración general.
Los
toques budistas, las imágenes o reliquias, bien combinan con la
decoración Zen, que en un principio surge como descanso del mundo
exterior, retiro de meditación y técnicas espirituales.
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